La Parroquia de Piong Dong (평동)ha sido atendida por los Misioneros De Guadalupe a partir de enero de 1996, es una comunidad rural, que se encuentra en la periferia de la ciudad de Kwangju, rodeada por un lado de casas de vinilo (“vinil house”), donde los campesinos cultivan sus verduras, y por el otro, de vías de comunicación. Aunque se encuentra cerca de la ciudad es una parroquia netamente agrícola que presenta muchos aun retos misioneros. Esta parroquia se entregará al Clero Diocesano a finales del mes de Agosto del presente año.
He sido párroco de esta comunidad desde el primero de diciembre del 2007 y, ante todo doy gracias a Dios por las enseñanzas que me ha dado, he aprendido la perseverancia y he vivido la fe sencilla que con fervor llevan los que recibieron el bautismo de los primeros misioneros desde la guerra coreana y que hoy día son la gente adulta que asiste ahora a las celebraciones.
Los fines de semana asisten a la Iglesia unas 120 personas, son pocos los estudiantes que asisten y los jóvenes han emigrado a otras grandes urbes.
Hemos tenido diferentes actividades en la parroquia, bautismos en la Pascua, confirmaciones presididas por el Sr. Obispo Higinio Kim, por otro lado la gente que se ha comprometido a predicar el evangelio desde su casa, desde su familia , de acuerdo a uno de los objetivos que se siguen en la Diócesis.
Su participación en las reuniones de barrio (Pan Moim 반모임) y su servicio a favor de la comunidad les lleva a desarrollar sus propias cualidades. “No me elegisteis vosotros a mí, sino yo a vosotros” Jn 15.16, en ellas la presencia del sacerdote es fundamental y que ayuda a motivar la vida espiritual.
Le doy gracias a Dios por esta experiencia misionera que me ha concedido vivir durante estos años en este lugar. Pude constatar de que el Reino de Dios está cerca, la gente adulta de más de 65 años de edad, vive ya esta realidad, la Providencia de Dios está siempre presente.
Mi admiración por el trabajo que han realizado mis hermanos sacerdotes los Misioneros de Guadalupe que han dejado aquí su vida al servicio del evangelio, por la extensión del Reino de Dios y han seguido el mandato que Jesús nos dejó “ id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda creatura ...” ( Mc.16,15-20 )
Mi agradecimiento también a mucha gente que nos apoya en el trabajo misionero con sus oraciones y sacrificios. Y que a todos nos siga bendiciendo Nuestra Madre Santísima, la Virgen de Guadalupe.
Autor, P. Gabriel Torres A. M.G.