Imagen de la Virgen coreana
No cabe duda que el crecimiento de fieles dentro de la Iglesia católica en Corea del Sur, ha ido en aumento durante los últimos años y todo esto ha sido gracias al fervor de la comunidad católica que trabaja por el bien de la misma. Ellos mismos son quienes invitan y atraen a nuevas gentes, las cuales se integran al catecismo e inician su proceso de formación, para que después de un período de catequesis reciban el sacramento del bautismo.
P. Alberto con los integrantes del presidio de niños
Niños de la Legión de María
Pero bien, la presencia de María, Nuestra Madre, dentro de la Iglesia coreana no puede quedar a la deriva, pues es la Virgen María quien le da un toque especial a la misma Iglesia y es así que dentro de todos los templos católicos, en sus atrios, podemos encontrar una imagen dedicada a ella, donde al llegar o bien al retirarse del templo, todo fiel le brinda un saludo, algo parecido como cuando saludamos o nos despedimos de nuestra Madre. Por tanto, es así que por medio de la presencia de la imagen de María podemos distinguir qué templos son católicos o protestantes en Corea del Sur, cosa que nos ayuda cuando no sabemos la lengua o bien cuando andamos simplemente de visita.
P. Alberto con joven que decidió ingresar al convento
Ahora bien, se me viene a la mente el momento en que Jesús, estando en la cruz antes de morir ve a María y a su discípulo amado, y es a través de ellos que trama su mejor regalo para todos los seres humanos, es decir, nos hace hermanos con Él y nos hace hijos de adopción con su madre, “Mujer, ahí tienes a tu hijo... Juan, ahí tienes a tu Madre.” (Cfr. Jn. 19, 26-27). Pues bien, nuestros hermanos coreanos escucharon las palabras de Jesús y llevaron consigo a María como Madre dándole un lugar especial en sus vidas, lo cual nos ayuda a distinguir sus templos y casas de las demás, es decir, de aquellos que no tienen religión o que practican alguna diferente.
En la parroquia de Jayang Dong ubicada en Seúl Corea, lugar donde me encuentro hoy en día trabajando, podemos apreciar que la presencia de María en la Iglesia engloba a toda la comunidad: niños, jóvenes y adultos, donde desde los más pequeños se van integrando a las diferentes actividades que se realizan en honor de la Santísima Virgen María. Muchos de ellos se integran a la “Legio Mariae” (Legión de María), donde niños y jóvenes de manera semanal se reúnen en torno a María, ofreciéndole plegarias, el rezo del rosario, alabanzas, etc., e incluso hay quienes desde este encuentro con María van fortaleciendo su vocación religiosa decidiendo después dedicar su vida al servicio de la Iglesia. En fin, es así que de esta manera van viviendo y enriqueciendo su fe y amor a María, a la vez aprendiendo de la espiritualidad mariana.
P. Alberto con un grupo de jóvenes legionarios de María
Como podemos ver la
presencia de María, no solo en la Iglesia coreana sino en todo lugar, no la
podemos apartar de nuestro caminar, pues ella, al igual que una Madre amorosa
nos espera con los brazos abiertos para darnos la bienvenida siempre que
vengamos a saludarle, y también de igual manera nos bendice cuando nos
acercamos a despedirnos para iniciar el camino de regreso a casa, tal como lo
hace en su mayoría los fieles coreanos.
Pues bien mi querido lector
encomiendo a tus oraciones a estos niños y jóvenes coreanos, que aunque no sean
muchos, han encontrado en la Virgen María un gran ejemplo y una gran luz para
caminar en el trayecto de sus vidas, y de igual manera te digo que ellos rezan y
rezarán por ti. En mi oración me despido
deseándote todo bien. Dios te bendiga.
“Es
por Dios y solo por Él que estamos aquí. No somos obra de la casualidad sino
que estamos ocupando nuestro propio lugar, y es ahí donde debemos florecer.”
P. Alberto Puente Colunga, MG