Hace
unos días del 20 al 25 de febrero, dos grupos de Corea del Sur fueron a las
instalaciones de la montaña Kumgan en Corea del Norte para tener un encuentro
entre algunas de las familias divididas por la guerra de Corea, del 50-53. La noticia
llenó los noticieros y los artículos de los periódicos locales. Las fotos
mostraban encuentros y abrazos entre hermanos separados y sin poder verse por
décadas. Era un encuentro feliz y lleno de lágrimas.
Algo
semejante sentí yo esta mañana al hacer la visita de rutina a los enfermos del
Hospital universitario donde trabajo. Entré a un cuarto y se encontraba un
paciente de 33 años operado el día anterior, a quien pregunté después de
presentarme si era católico y me dijo que sí, que se llama Andrés Kim.
- ¿De dónde eres? Le pregunté.
- De la ciudad de Kwangju al sur del país. Allá
fui bautizado hace 20 años en la Primaria. Pero ahora vivo en Seoul.
- Me da gusto, yo conozco la ciudad, estuve 4
años en Kwangju en la parroquia de Sangchondong…
- ¿De veras? Esa era mi parroquia! Y usted ¿cómo
se llama?
Rápidamente
sacó su celular y le habló a su mamá para verificar el nombre del párroco. Y
con lágrimas en los ojos me dijo que ¡yo lo había bautizado! Fue un encuentro
providencial, me comentó que por venirse a Seúl por falta de amigos católicos
había dejado de frecuentar la Iglesia, pero que veía este encuentro como gracia
de Dios para recomenzar su vida de fe.
Ese mismo día por la tarde me habló Domingo Cho para decirme que venía a visitarme al hospital para cenar juntos. Este fue otro encuentro maravilloso, después de no vernos por cerca de 40 años!. Él era acólito en nuestra parroquia de Seongsudong donde vivíamos los seminaristas, y él y sus amigos nos frecuentaban y nos ayudaban en el aprendizaje del coreano, especialmente al P. Gabriel Casillas.
Fue un día de reencuentros maravillosos.
La semilla cae y un día da fruto un fruto lleno de alegría y salvación. Eso es lo que también hacemos en el Hospital en encuentros tal vez más breves pero que espero que dejen huella y algún día den fruto.
P. Ignacio Garza (autor del artículo) con el Sr. Domingo Cho