과달루페 외방선교회 한국 지부

lunes, 31 de diciembre de 2012



A todos nuestros lectores 
les deseamos un feliz año, 
que el Señor les bendiga siempre 
en sus familias y en sus trabajos, 
son nuestros mejores deseos para 2013

A continuación un mensaje del P. Corazón de Jesús López S. con motivo del nuevo año...

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Saludo de inicio de año 2013

Viendo hacia atras nos damos cuenta de la abundancia de bendiciones que Dios nos ha dado, sí de hecho, todo lo que somos y tenemos es gracias a su amor y generosidad. Y al encontrarnos en el inicio de de un año nuevo, sin duda también nos seguirá bendiciendo y dando, si no todo lo que le pedimos, sí lo que El sabe que nos hace falta.

En el año pasado estuvimos de fiesta agradeciendo a Dios por nuestra presencia misionera durante 50 años en este país. Por medio de nuestros retiros y momentos de estudio en el grupo MG, hemos visto y presentado a Dios lo que ha sido nuestro caminar en Corea, esto es: logros (materiales y espirituales), y deficiencias, que viéndolo con honestidad, todo esto forma parte de nuestra historia en la Misión.
En la vida humana, considero que llegar o estar en los 50s hace ver las cosas de manera diferente y por ello reafirmar algunas actitudes, disminuir o eliminar otras, y también iniciar otros estilos y formas de vida. Sencillamente creo que en esta edad, uno se encuentra en lo que es etapa de transición. Pero una transición con madurez.
De la misma manera, en nuestro caminar en Corea, terminando la primera cincuentena e iniciando la segunda nos encontramos con nuevos horizontes y muchos retos. También en etapa de cambio y transición.
Ante esto, es necesario ver para el frente, ver el futuro. Y cuando haya necesidad de ver el pasado deberá ser solo para no cometer los mismos errores, para no tomar las mismas actitudes, y así mejorar nuestro futuro en todos los niveles; personal, comunitario, institucional, en la misión, y en la Iglesia.
En los inicios de un año nuevo y de una nueva cincuentena hay que ver para adelante, REMAR MAR ADENTRO. El Papa nos llama a una nueva evangelización, a un nuevo ardor, a nuevos métodos, a celebrar el año de la fe. Porque mucha gente vive al margen de Cristo y de la vida nueva que El ha traído para todo el mundo.
Para ver hacia adelante, para remar adentro, es muy necesario que permanezcamos abiertos a los signos de los tiempos, a no tener miedo a los retos, a los cambios y más aún a las exigencias que nos presenta la sociedad y la misma iglesia. No nos aferremos a nuestras seguridades, a lo conocido, a lo que nos da estatus, Sí por el contrario, demos oportunidad al nacimiento de nuevas ideas y proyectos. La idea o proyecto sea personal o comunitaria, no la matemos antes de que ésta nazca.
Al encontrarnos en la misión con el inicio de una nueva etapa,  sigamos buscando Nuevos caminos de Evangelización. Sigámonos preparando para continuar la misión en Corea del Norte, para que en cuanto ésta se abra, estemos prontos para ir a compartir la fe también con ellos.
En los inicios de la Misión, los tiempos fueron otros y por supuesto, las exigencias también fueron otras, y sin duda se respondió a esas necesidades. Ahora los tiempos y las exigencias de la Iglesia y de la sociedad son otras y nosotros como Misión y grupo, hemos escogido como ambitos prioritarios, la juventud estudiantil y los enfermos, es decir, grupos sociales en los cuales encontramos y debemos buscar a los no cristianos; a los jovenes no cristianos, a los enfermos, enfermeras, medicos no cristianos. A algunos de ellos llegamos de manera personal, pero a muchos de ellos seguiremos llegando a traves de los mismos fieles: voluntarios, evangelizadores, etc.
Es necesario que sigamos buscando las actitudes de la Virgen de Guadalupe ante las personas que ella trata; actitudes de Maria en la promocion y formacion de agentes de evangelizacion; actitudes de Maria de Guadalupe en el uso de los recursos materiales para su mision, entre ellos la cultura y la lengua. Veamos en Ella la humildad y la pobreza. Maria de Guadalupe formo personal que le ayudara en la Mision que Dios le encomendo.
Que en nuestro trabajo pastoral más que usar el parámetro de la cantidad busquemos el parámetro de la calidad de nuestro trabajo, la calidad de nuestro encuentro con Dios y con las personas, la calidad de nuestro testimonio que es la razón de nuestra presencia y de nuestra misión.
Respondamos a los retos que se nos presentan, y para no caer en el desaliento o la frustración, sabiendo que esta obra es de Dios y no de los hombres, sin ser pesimista y carecer de autoestima, en nuestro trabajo pastoral que cada uno realiza, invito a que no esperemos ver los frutos... ya que a nosotros como misioneros solo nos toca preparar la tierra, a otros les tocará sembrar, y a otros cultivar. El hacer crecer, madurar y la misma cosecha le toca sólo a Dios. Y si en alguna ocasión nos tocara ver los frutos y más aún disfrutar de la cosecha será una gran ocasión para dar gracias porque para nosotros sera una bendición muy especial que por su amor nos concede.
Al igual que San Juan Diego, siempre recordemos las palabras alentadoras de la Virgen María: No estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo?... Que ninguna otra cosa te aflija...

Realizando lo que cada uno tiene encomendado y ante los logros que obtengamos tanto personales, comunitarios y para la misión y la Iglesia, con sencillez demos gracias a Dios, y con actitud de siervos y enviados de Dios digamos: “Somos simples servidores, y no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber.”


C. de Jesús López Sánchez.



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