La
pastoral misionera en la misión de Corea del Sur, la hacemos de
diferentes maneras y en diferentes trabajos, sin que uno sea mas que
otro, sino que es un servicio generoso y responsable en la misión.
Yo ahora me encuentro trabajando en la Pastoral Universitaria de la
Universidad Sogang de Jesuitas en la ciudad de Seúl. En el equipo de
la pastoral universitaria, estamos conformado por alumnos de las
distintas facultades de la universidad y, animados por los
respectivos capellanes Jesuitas y un padre Misionero de Guadalupe,
junto con religiosas y seminaristas jesuitas, en la pastoral
universitaria, el campo de acción es muy amplio y retador, ahora
tengo un trabajo directo en la pastoral universitaria y dando clases
de español, que en tiempo atrás era casi dedicarme a dar clases en
varias universidades, con poca experiencia y poco trabajo pastoral
universitario, lo cual me hacia sentir en ocasiones como profesor de
español solamente, pero gracias a Dios y a la invitación de los
padres Jesuitas a colaborar junto con ellos en la Universidad Sogang,
el panorama me cambio mucho, ahora me siento muy contento y animado
trabajando en esta área universitaria, en la pastoral universitaria
tenemos por objetivo crear un ámbito de encuentro entre profesores,
estudiantes y personal administrativo que compartan una inquietud
religiosa común, logrando así la formación de un grupo con lazos
humanos y fraternos en la fe. Proponemos el encuentro personal y
comunitario con la persona de Cristo a través de los espacios
litúrgicos y celebraciones, las siguientes actividades, que se
señalan a modo de ejemplo: Preparación de aquellos alumnos que
desean recibir los sacramentos del bautismo y confirmación,
organización de misas y celebraciones como la semana santa, navidad,
días litúrgicos festivos, por el día del estudiante, del profesor
y otras fechas importantes para la comunidad universitaria,
organización de campamentos y otras actividades coordinadas en
conjunto con otros sectores de la universidad, participación en
actividades solidarias, voluntariado y misión; asimismo, con la
comunidad extranjera donde vienen estudiantes, profesores y familias
de distintas nacionalidades a las actividades los días domingo por
la tarde-noche a cursos de Biblia, canto, reflexión y misa en
Inglés.
Desde
el momento que un misionero llega a Corea del Sur se encuentra con la
gran sorpresa de ver tantos jóvenes estudiantes con tantas
posibilidades. Los jóvenes y adolescentes que estudian, constituyen
la gran mayoría de la población juvenil de Corea del Sur. En los
estudiantes católicos de Corea del Sur, descubrimos unos potenciales
inmensos de entrega, generosidad, y alegría. Son el presente y el
futuro de la Iglesia y en ellos está la esperanza de la
evangelización.
(
El año pasado (2014) se celebró el aniversario número 60 de
la Federación de Estudiantes Católicos, una organización que
agrupa a 48 asociaciones de estudiantes creyente que se esfuerzan por
promover el testimonio cristiano en 36 universidades, colegios e
instituciones educativas, los jóvenes que pertenecen a las
asociaciones asisten a reuniones semanales, de forma que fortalecen
su vida espiritual a través de la oración, el estudio de las
Sagradas Escrituras y animan su testimonio de la fe en sus entornos.
Estas organizaciones también promueven la celebración de al menos
una Eucaristía anual en la universidad. El trabajo de los
estudiantes se ofrece como un apoyo pastoral en el que los jóvenes
participan como Iglesia en el trabajo apostólico en colegios y
universidades, a la vez de recibir un apoyo que para ellos es también
muy necesario. "El 70% de los miembros estudiantes han dejado su
ciudad para venir a estudiar a Seúl, pero tienen problemas para
unirse a las parroquias locales", "Por esta razón la
presencia del movimiento y la oración en la universidad es tan
valiosa". La vida espiritual y la formación católica se
convierten para los estudiantes en soporte para enfrentar un entorno
desafiante. "Los valores del mundo secular pueden diferir mucho
de las enseñanzas del Evangelio", "Compartir un camino de
fe con otros estudiantes es de gran ayuda y nos da la fuerza para
afrontar los retos y problemas de todos los días". Contenido
publicado en es.gaudiumpress.org,
De
igual modo encontramos en la juventud estudiantil de las
universidades la influencia de una sociedad de consumo cada vez más
agresiva. Los estudiantes van creciendo marcados por la lógica del
individualismo pragmático y narcisista de una sociedad globalizada
que se mezcla de manera desigual con los entornos culturales de los
jóvenes. Esta nueva cultura promueve la sociedad de lo inmediato y
lo personal, desgastando y arrinconando valores tradicionalmente
propios de las culturas como son la familia y la comunidad.
Se
privilegia ante todo una visión unitariamente personal y subjetiva
de la realidad lo que deja poco campo para un discernimiento conjunto
de la problemática común. Otra consecuencia de esta visión es la
gran dificultad que se genera en formar una conciencia crítica de la
realidad. Todo se valora desde un punto de vista unipersonal lo cual
dificulta introducir a los estudiantes en la lucha por los derechos
sociales, culturales y solidarios especialmente de los más pobres y
vulnerables. La publicidad, la música, internet y los nuevos medios
de comunicación provocan diversas formas de relación interpersonal
mucho más asépticas y pragmáticas. Se van generando mundos
imaginarios y evadidos de la realidad concreta del joven que le
ayudan a no enfrentar la propia problemática personal y social del
medio en el que vive.
Todo
ello no favorece un camino de madurez personal y procesal que vaya
fundamentando al joven como persona con sus derechos y
responsabilidades.
Por
otra parte, encontramos en los jóvenes estudiantes una avidez por
vivir sensaciones nuevas, experiencias adelantadas a su etapa
formativa. El deseo se convierte en sinónimo de felicidad y “lo
que apetece”marca la voluntad a la hora de decidir. Consecuencia de
esto encontramos juventudes truncadas que llevan al mundo de la
adicción al alcohol, relación sexual, se forman familias de
adolescentes o jóvenes con responsabilidades a las que no están
preparados, etc…
A
esto se une el cada vez mayor deterioro de la institución familiar
como lugar natural de desarrollo y madurez de la persona. Crecen las
familias disfuncionales donde el niño y adolescente pierden las
referencias de paternidad y maternidad.
Por
otra parte el nivel educativo de nuestra juventud es de calidad
superficial y subjetiva. Esto provoca que les deje por debajo de los
niveles de competitividad y les hace más vulnerables a las
corrientes culturales emergentes.
De
igual modo innumerables jóvenes viven una situación de estrés y
competitividad que les afecta significativamente y les limita el
crecimiento armónico de sus vidas generando exclusión.
En
esta nueva situación social y cultural de la juventud se va
excluyendo cada vez más la relación intrínseca del hombre con
Dios. Se da mucho más valor al subjetivismo religioso y a opciones pseudoreligiosas que buscan más un mundo de sensaciones de paz,
armonía y tranquilidad que una opción de vida de entrega y
servicio.
Ahora
es más urgente que nunca llevar un anuncio y un testimonio cristiano
en las escuelas y universidades, los estudiantes pueden promover una
espiritualidad de paz y armonía, y estar “listos para llevar la fe
a la vidas cotidianas, listos para ponerse al servicio de todos los
estudiantes de la universidad y a mirar la sociedad a través de los
ojos de Dios”. Papa Francisco exhorta: Jóvenes de Asia, lleven a
Cristo a este mundo de “callada desesperación” “Este es el
mundo al que ustedes están llamados a ir y dar testimonio del
Evangelio de la esperanza” “Lo esencial de la vida universitaria
–explicó el Papa-, estriba en el estudio, en la fatiga y la
paciencia del pensar que revela una tensión del ser humano hacia la
verdad, el bien, la belleza. No se contenten con verdades parciales o
ilusiones consoladoras”, sino más bien hacer “que el estudio sea
un comprensión cada vez más plena de la realidad. Para ello son
necesarias la humildad de la escucha y la amplitud de la mirada''.
“La investigación se interroga constantemente, se transforma en
encuentro con el misterio y se abre a la fe: hace posible el
encuentro entre fe, razón y ciencia, permite un diálogo armonioso
entre ellas”, señaló Francisco.
“A
través de este método de investigación es posible alcanzar un
objetivo ambicioso: soldar la fractura entre Evangelio y
contemporaneidad a través del estilo de la mediación cultural, una
mediación itinerante que sin negar las diferencias culturales, al
contrario, valorizándolas se proponga como horizonte de proyecto
positivo”, indicó.
Por
último, reflexionó sobre la palabra “frontera”. ''La
Universidad es una frontera que los espera, una periferia en que
acoger y sanar las pobrezas existenciales del ser humano. La pobreza
en las relaciones, en el crecimiento humano, tiende a llenar las
cabezas sin crear un proyecto compartido de sociedad, un fin común,
una fraternidad sincera. Preocúpense siempre por encontrar al otro,
por percibir el 'olor' de los seres humanos de hoy, hasta
impregnarlos de sus alegrías y esperanzas, de sus tristezas y
angustias”. “No levanten nunca barreras que, al intentar defender
la frontera, impiden el encuentro con el Señor. En la cultura, sobre
todo hoy, necesitamos estar al lado de todos. Podrán superar el
enfrentamiento entre los pueblos solo si logran alimentar una cultura
del encuentro y de la fraternidad.
P JUAN FRANCISCO TORRES IBARRA MG
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