“La Iglesia de América peregrina en Corea del Sur” nos dimos cita el día 12 de Diciembre en la Casa de Cursillos (En el Santuario de Los Mártires de Corea, en Seúl) para celebrar a la morenita del Tepeyac, Santa María de Guadalupe, “La Madre del verdadero Dios por quien se vive”.
Contamos con la presencia de varios Misioneros de Guadalupe residentes en Corea del sur, entre ellos el actual Superior Regional de los MG en Corea, así como el Superior de Misiones Extranjeras de Paris; el Vicario del Santuario de Los Mártires Coreanos; Hermanos Maristas; Religiosas españolas, coreanas y aproximadamente 150 laicos de distintas naciones ( America latina, España, Filipinas, Corea, etc).
La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo Osvaldo Padilla, Nuncio Apostólico de Corea, de origen filipino, durante su homilía nos recordó el gran cariño que nos tiene la Virgen de Guadalupe y agradeció la presencia de los Misioneros de Guadalupe en Corea del Sur, dijo:
“La virgen de Guadalupe define la identidad religiosa de América Latina, somos todos Guadalupanos”
“Quisiera unirme hoy con los Misioneros de Guadalupe, que en su página web dice: Los mg predicamos la palabra de Dios en los países no cristianos, nuestra vida se mueve por el profundo amor a Cristo y a la santísima virgen de Guadalupe que nos ayuda día con día a dar lo mejor de nosotros mismos en nuestra labor misionera. Gracias a ustedes y su presencia en Corea porque nos llevan la presencia y el amor de la virgen de Guadalupe no solo a los latinoamericanos. Me siento particularmente feliz y privilegiado de estar con ustedes, Filipino que ha estado 4 años en México”.
“Recuerdo que Juan Pablo II en la mesa de su despacho donde recibía a los Nuncios y Obispos, tenía del lado derecho de dicha mesa una pequeña estampita de la virgen de Guadalupe. Prueba de esta universalidad de devoción mariana, una devoción especial del papa a nuestra Madrecita. Juan Pablo II decía que gracias a la virgen de Guadalupe había podido cumplir con más empeño y éxito espiritual cada uno de sus viajes.”
“La virgen de Guadalupe es el orgullo de nuestra raza humana. En las apariciones de la virgen de Guadalupe se pueden ver tres cosas que la madre de Dios nos quiere dar:”
1. Ella nos da cariño y nos muestra el cariño de Dios.
2. Nos da hogar y una tarea, le dice a Juan Diego que vaya al obispo para que construya un templo. Ella nos da la tarea de amar a su Hijo.
3. Nos ofrece la ayuda de sus oraciones, ella quiere un templo donde la gente pueda ir con sus sufrimientos, enfermedades, penas y dolores. Ella nos escucha, es intercesora y nos da a su Hijo, esto es algo que podemos compartir con nuestros hermanos.
“María es el mayor orgullo de la cristiandad, es la intercesora que necesitamos, nos da cariño y protección.”
Y para terminar su homilía, dirigiéndose a los Sacerdotes presentes dijo: “En este año Sacerdotal, ella (María, la madre de Dios) nos protege y nos defiende con el niño Jesús.”
Durante la Eucaristía, los fieles ofrecieron flores a Santa María de Guadalupe y al finalizar recibieron por familia un rosario misionero con la tarea de orar y evangelizar, sabiendo que “la Madre del verdadero Dios por quien se vive” está siempre con nosotros.
Agradecemos la presencia y la participación de cada uno, de los Misioneros de Guadalupe, de la Asociación de Mexicanos y a la Comunidad de Hispanos residentes en Corea del Sur que, en coordinación con el P. Juan Francisco Torres y a la Profesora Claudia Macias, hicieron posible que, unidos en un solo Espíritu, una sola fe, una sola lengua y nación hayamos podido compartir nuestro amor a la Virgencita de Guadalupe y obviamente haber disfrutado de una deliciosa cena.
Jaime Palma
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